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El primer teléfono de El Andancio |
Buenos días, si, si…
buenos días. Son las nueve de la mañana, domingo… y estoy en la consulta....
En
realidad estamos, Filomena, Martina, la señorita Angustias y el notario del
pueblo. ¿Motivo? la llegada de una enorme caja el pasado viernes… la trajo el
servicio de correos de Santa Rita: “The
Santa Rita Postal Express”.
Seis fornidos operarios con sus respectivos
burros, han venido en diligencia para poder bajarla y plantarla cual
ciprés, en medio de la sala de espera. Solamente faltaba el buey para una buena estampa navideña.
Si, han leído bien…
diligencia y tirada por burros. Un espectáculo digno de una película de John Wayne
Pero lo verdaderamente
sorprendente es que donde hoy ejerzo mi profesión de manera inmaculada e
impecable, y creo que me quedo corto, antiguamente fue la oficina
de correos y telégrafos…”Los pasitos”. Les cuento… les cuento…
El viernes uno de
febrero, se presentaba una jornada de trabajo tranquila, la mañana había sido
casi normal para lo que suele pasar por la consulta… Estamos en campaña de vacunación de gripe
caprina (el baño del trance,
ha acatarrado a las cabras), mucha gente, pero muy sencillo.
Sobre las once tuve que
acudir, en el LandRover de Angustias, al parto de la vaca de Carmitas a la que
ha llamado Dolores… todo
fue natural, ha parido una preciosa criatura…sin cesárea que, antes de irme, ya
trotaba.
A la vuelta, nos topamos
con la diligencia de correos. Los burros decidieron hacer una sentada de
protesta, e imagínense… tres horas esperando que levantasen el campamento… y
yo, con prisas para terminar la campaña de vacunación. Según llegábamos mi
desesperación aumentaba, iban en mi misma dirección.
La diligencia. The Santa Rita Postal Express.
Ya reventé, cuando vi
que mi plaza de aparcamiento, se convertía en el lugar de descarga del paquete
para la consulta… Los rebuznos se escucharon en todo el pueblo, lo
que los lugareños aprovecharon para acercarse y ver. Los que no estaban en la
consulta, estaban en el aparcamiento y de paso, enseñaban a los empleados
públicos cómo y por donde bajar semejante mamotreto.
Asombrado, veo como se
acercan a la consulta, y sin permiso alguno, se dirigen a una sala de espera,
atiborrada de pacientes.
Enfadado, me bajo del vehículo y les grito:
Mchale: “pero, ¿a dónde
llevan ese tremendo cajón…?”
Operario: “doctor, esta
remitido a esta dirección, aunque
sea con retraso, The Santa Rita Postal Express, siempre llega a sus
ciudadanos”
Mchale: “¿retraso?
Operario: “según la
información que indica el sello, y consta en nuestros archivos, fue enviada en 1937… a nombre de la señora María Mathamel”.
Mchale: “¿Mathamel?,
pero quién es ¿Mathamel?”
Operario: “Eso, tendrá
que consultarlo en el registro de habitantes, The Santa Rita Postal Express, no
entra en competencia con otros servicios de esta isla. La dirección, es
correcta. Ahora, es suyo.”
Desisto… asumo que
tendré que resolver el problema tras su marcha… la señorita Angustias me mira…
sus ojos, abiertos como los de
un camaleón con hambre… y se
acerca.
Señorita Angustias: “a
veces sucede…”
Mchale: “¿Qué sucede?”
Señorita Angustias:
“siéntese y le cuento”
La miro y asumo que
esta, será otra historia “made
in El Andancio…."
Señorita Angustias: “a
ver como empiezo. Sé que usted es un
lerdo de encefalograma plano para según que cosas, y le costará entenderlo más que lo de Aurora.
Hace más de 100 años,
esta nuestra consulta municipal, era la oficina
de correos y telégrafos “Los Pasitos”… la regentaba un señor mayor de
origen británico, creo que del barrio de Chelsea, llamado Mr Skype, él trajo el teléfono
a la isla que funcionaba por sistema de pasos.
Cada tres minutos, un
paso y una moneda, daba igual que llamases o te llamasen, mismo sistema… el
sonido era peculiar… clonck,
clonck, clonck…, la gente hablaba rápido como Speedy González… o el Correcaminos”, “cuentan los
mayores del lugar, que era el bisabuelo del señor que inventó un programa de
internet…”
Mchale: “pero, ¿debemos abrir el cajón?...”
Señorita Angustias: “no
es tan sencillo, ahora debemos llamar al notario, don Poncio… el dará fe, levantará acta… y
en dos días, podremos abrir el paquete, cuyo interior será de uso público en la consulta. No se preocupe, no es
la primera vez que ocurre”
Extrañado y preocupado,
pero acostumbrado a estas situaciones esperé la llamada y llegada del notario… ¿don Poncio?
Por cierto, acabo de
recordar un diminuto pueblo cercano a mi ciudad de nacimiento, Phoenix. Oatman el pueblo donde los burros, son quienes hacen las
leyes… como en todos lados…
Ellos, caminan por el pueblo cual concejal de infraestructuras de ayuntamiento.
Angela y Paulino. Pueblo de Oatman. By Crocheting Blogspot
Mientras llegaba Don
Poncio, seguí atendiendo pacientes, ya saben, lo normal… una pedrada en un ojo,
un coma etílico por brennivin,
una oreja infectada por un piercing hecho de manera autodidacta… con una
aguja de crochet… lo de siempre.
Eran las cuatro de la
tarde, y el notario no llegaba. Solo quedábamos la enfermera que lo conoce y
yo. Escuché la llegada de un vehículo, a estas horas de la siesta todo es
silencio… Me acerqué a la ventana, y veo llegar un Bentley, de donde se bajó
don Poncio con su ayudante, que traía una palangana.
Entró con cara de militar de régimen
dictatorial soviético de los setenta… me miró, sonrío a Angustias…y se
acercó al cajón de seis por cuatro metros. Leyó el remite en voz alta…
Don Poncio: “Doña María
Mathamel a la atención de Mr Skype, por los servicios prestados… blablabla… a
29 de febrero de 1937… blablabla…”. “Señores, la ley notarial de Santa Rita
expone claramente que hay que esperar dos días… si nadie lo reclama, será
donado a la consulta para uso público. El domingo a primera hora traeremos tres
testigos…y yo daré fe”.
Dicho esto, el ayudante
le acercó la palangana que había llenado previamente,
con agua del grifo, una gotitas de colonia “Old
Spice” y agua
oxigenada, se lavó las manos, las secó en una toalla de seda, y dijo muy
solemnemente:
Don Poncio: “Repito, el
domingo tres testigos para el momento y 5.000
dinares santariteses, que abonará usted mi querido doctor. Muchas gracias”.
Me quedé perplejo, miré
a Angustias, que sonrió. Reconozco que no quiero que nadie reclame el cajón,
deseo abrirlo, y usarlo en la consulta sea lo que sea…
Mañana buscaré los
testigos, quizás sea algo de valor...
En mi casa, decidí
encender la televisión, suelo hacerlo poco, me aburre, conecto vía satélite con
las cadenas de la costa Oeste de EEUU…, nada nuevo, que si el matrimonio gay en mi país,
que si sanidad pública o privada, que si el presidente de Corea del Norte debe
ponerse a dieta, un tal Quique Pártelas y unos sobres,… poco más…, la apagué…,
cené y me dispuse a leer, un libro de filosofía que me tenía y tiene
embriagado… “Así hablo, Kama Sutra”…
El sábado amaneció
lluvioso, pero no quería quedarme en casa, me duché con agua hirviendo. Como
les conté anteriormente, el termo es eléctrico, y el enchufe está pegado al grifo,
tras un par de calambrazos conseguí sentirme relajado (no se lo digan a nadie,
pero uso cremas para el cuerpo con fragancia a limón verde y suelo ponerme
colonia de niños, es muy refrescante y dura todo el día)…
Me puse mi elegante gabardina comprada en un viaje a Philadelphia, y bajé
las escaleras. Me dirigí rumbo a La Tasca de los Patos… me apetecía averiguar
sobre Mr Skype y María, además tenía que buscar testigos…
Cuando llegué, había
unas sesenta personas en el bar… todos querían ser testigos. Rápidamente para
terminar con el agobio, elegí a mis octogenarias preferidas, Martina, Filomena
y Carmitas… evidentemente Angustias también iría… no quiero que mi vida penda
de un hilo.
Mientras desayunaba anglosajonamente,
todos me hablaban de ambos protagonistas, Mr Skype y María. Ella era una
pintora ilustre de la isla, exiliada y enamorada, él la adoraba…, por eso instaló el teléfono, para poder comunicarse, ya que vivía en Los
Ángeles, pero no en EEUU, sino en Chile.
La historia me apareció
bella, muy bella, me recordó a lo que dejé en San Francisco.
Cuando me disponía a
volver al calor del hogar, alguien me frenó y me agarró del brazo, era Benito.
Benito: “doctor quiero
contarle algo más de su oficina, una historia real…”
Lo invité a comer a casa
y el accedió. Subimos corriendo, ya que llovía abundantemente… Le preparé unas
costillas con bechamel… y saqué el resto del postre que había comprado el día
anterior. Don Miguel, me dijo que esa delicia se llamaba “Príncipe Alberto”… qué
pensarían en Mónaco de ello…
Le pedí a Benito que
hablara y lo hizo.
Benito: “Hace unas cuantas décadas doctor, sucedió algo muy trágico.
Ocurrió en El Andancio, comenzó a granizar fuertemente y la familia que
vivía en la planta de arriba del bar y a la vez tienda de abastos, se refugió en la casa. Para secarse, el padre enciende la chimenea, mientras la madre corre por
las escaleras, a recoger la ropa de la terraza. Había parado de llover, y la
mujer no aparecía, el hombre preocupado sube en su busca y la encuentra pegada
al tendedero.
Los gritos del marido, se escuchan en todo el pueblo, que
alertado, corren para ver qué ocurre. Al subir a la azotea, encuentran a el marido y su mujer, unidos al mismo tendedero.
Uno de los cables de alta tensión,
se ha roto y hacía contacto con las cuerdas donde estaba la ropa. El hombre al
ver a su mujer electrocutada, intentó salvarla quedándose pegado a ella y
muriendo en el acto.
Los dos hijos de la pareja, sin saber que ocurría, fueron
llevados ese mismo instante a casa de un familiar.
Durante el velatorio, algunos vecinos se dan cuenta que los miembros de la
familia que hace años han emigrado, deben enterarse de lo ocurrido. Deciden
ir a Los Pasitos, a la oficina de Mr Skype y enviar un telegrama urgente. El velatorio nocturno, es aprovechado por la familia más cercana para tomar
una decisión sobre dónde deberían vivir los niños. Un trabajador de Los
Pasitos, les trae el telegrama de condolencia de la familia allende los mares.
Al leerlo en voz alta, se dan cuenta de su error, les informan desde el otro
lado del océano, del accidente y muerte de otro miembro de la familia, ocurrido
el mismo día y casi a la misma hora.
Doctor, ¿se da cuenta?….telegramas cruzados”
Benito me dio un abrazo, y en ese momento fui consciente delo que
significaba la consulta para todos los andariegos.
La consulta, antigua oficina de correos y telégrafos..."los pasitos"
No pude pegar ojo en toda la noche, aquella familia, aquellos tiempos, Mr
Skype… María y su exilio, el cajón…
Amanecí sin dormir… leyendo la prensa online… y comiendo por ansiedad… de
fondo música clásica, es algo que siempre me ha relajado… me duché… cremas…
colonia… y paseé tranquilamente hasta la consulta…
Y aquí estoy, viendo como los testigos en la sala de espera, se atiborran
de leche y pastas que les ha puesto la Señorita Angustias.
Aún no son las nueve… pero oigo el mismo ruido de motor que el otro día.
Baja don Poncio, hoy viene solo y en ropa de deporte.
Me mira… y rápidamente le extiendo el cheque por 5000 dinares santariteses…
Don Poncio: “… pueden abrir el cajón, doy fe, nadie ha venido a
reclamarlo… blablabla, …blablabla…, ...blablabla. Me voy, tengo padel con mi ex
mujer y no me miré mal doctor, el cheque es para ella”
Las testigos, Martina, Filomena y Carmitas… se convierten en hienas del Serengheti sedientas de sangre y
carroña… con tenazas, martillos y palancas abren la tapa superior del
cajón… y sonríen. Angustias se acerca y susurra… algo.
Angustias: “lo que imaginaba… sus cuadros”
Little house...The storm. María Mathamel
Orange woman. María Mathamel
Lila. María Mathamel.
Yellow Henar. María Mathamel.
Red Gold. María Mathamel.
Orange woman. María Mathamel
Lila. María Mathamel.
Yellow Henar. María Mathamel.
Red Gold. María Mathamel.
De la antigua oficina de correos y telégrafos aún mantenemos el teléfono de
Mr Skype… a veces suena…
Sinceramente, en ocasiones espero que sea Raquel, el motivo porque el cual
me autoexilié a esta "exhuberante" isla de Santa Rita. Nadie le ha dado el número, pero estoy seguro que ella lo tiene…
En la próxima narración, terminaremos la añeja historia del partido de baloncesto por
el honor del pueblo…y la bella historia de amor entre la madre superiora del
convento y el dueño del cabaret… ufff!!!
Si quieren saber más sobre el doctor… Kevin Mchale
Si quieren saber cómo fue el primer día en la isla… La llegada a la isla.
Se ha perdido un miembro de la comunidad… ¡¡¡ Beniiigna !!!
Si quieren saber algo más sobre los habitantes y las
enfermedades más comunes… Ignorantitis
Si quieren saber cómo se disputa por tener la misa los
domingos… La misa del domingo
Si quieren saber sobre los orígenes de Santa Rita… "mariposa... ya está aquí"
Doc, ha pensado alguna vez en poner una ferretería??. Seguro que tendrá menos problemas!!!!!!. Enhorabuena, me ha encantado
ResponderEliminarhe pensado en poner un supermercado de esos de abastos... con sus fiados, sus viejecitas... sus niños al salir del colegio... pero, quizás emigre de nuevo... probablemente a San Francisco... o no?
ResponderEliminarDoc, creo que soy la menos indicada para hacer comentarios, por lo tanto Gracias.
ResponderEliminarLos cuadros, un espectáculo.
ResponderEliminarGracias.
Se me permite una pregunta??
ResponderEliminarEn qué Año del Señor se encuentra en la actualidad El Andancio, Santa Rita???
Es que me quedo muerta!! Diligencias, Bentleys clásicos, envíos del pasado que contienen obras preciosas (mucho, muy bonitas María!! ;) ) del presente...
Se rigen por algún tipo de calendario especial y desconocido?? Seguro.... no me extrañaría nada.
Creo que hoy sí necesito un Brennivin.... Esto cada vez se pone más interesante!
Siga contando Doc!
Feliz martes! o por lo menos, donde yo me encuentro es martes....
En el calendario de El Zaragozano pasan menos cosas que aquí!!
En que año vivimos en Santa Rita?... Desde qeu llegué o he mirado el calendario... a veces el reloj, pero me estoy dando cuenta de que me rijo por el sol, como las gallinas de mi abuela.
ResponderEliminarRecuerdo cuando a mi abuela se le escapan todas, porque al ir a coger los huevos dejaba la puerta abierta... Nos sentíamos con Indiana Jones en risco maldito buscándolas...
Primero un cacao.... con palmeritas de esas qeu usted sabe preparar... luego el brennivin...
Pk eres como las recetas de tu blog, deliciosa.
En breve novedades... unos días.
Recuerde, si alguien le ofrece unos sobres para la congestión nasal..., no me mire lo que hay dentro y "pal" banco.
:)
<3
Si como tiempo entendemos el intervalo entre un hecho y otro distinto, y si en El Andancio los hechos se solapan, son como niños jugando al escondite, o sea no hay tiempo, El andancio es intemporal. Gracias Pk grosella,dulzura.
ResponderEliminarperdonen la intromisión pero eso del tiempo.... y del que el tiempo da la razón... o tiempo al tiempo....
ResponderEliminarme parecen palabras terapéuticas no mas.
en cuanto a El Andancio... si yo les contara, hoy me han hablado de la actividad laboral de una de mis octogenarias favoritas Mena, Filomena...
los cuadros de María... me encantan....
gracias Pk y Mathamel...
"gracias al calendario... podemos enterrar todos los años... solo tenemos que esperar a enero" Grey.
ResponderEliminar:)s db llv
ResponderEliminarBienvenidos Mónica y Juan... pasen por la consulta, y les realizaremos una primera revisión y analítica gratis...
ResponderEliminarBienvenidos Lalabina y Manolo Tolosana
ResponderEliminarConmovedora historia,ésta!!!!
ResponderEliminarPero me temo que Zaratustra estaría consternado al leerlas.......;)
Pues debe usted saber que don Zaratustra tuvo muchos hijos que viajaron por el mundo...a que no sabe donde llegó su descendencia?
ResponderEliminarEs ganadero.... cría llamas...
Doc
Estoy no se si consternada o alucinada, lo que si tengo claro es que estoy muy intrigada. Me gusta mucho y aun que me encuentro bien,con gusto iré a la consulta
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